jueves, 16 de febrero de 2012

IES Lluis Vives: la educación de unas cargas policiales

En los dos últimos días la policía nacional de Valencia, instruida por la Delegada de Gobierno, Paula Sánchez de León, ha invertido su tiempo en arremeter violentamente contra los estudiantes del instituto Lluís Vives de Valencia y detener a 10 jóvenes que mostraban su solidaridad con ellos.
Tras la violenta represión de la concentración del miércoles, donde estudiantes y profesores protestaban contra los recortes, la policía ha repetido el lamentable espectáculo de brutalidad en la mañana del jueves, teniendo como resultado seis detenciones que finalmente se han elevado hasta diez.
A las 14 horas del jueves, algunos miembros de la comisión jurídica del 15M de Valencia recibíamos una llamada “han detenido a Esther y a Jaume”. Rápidamente, nos personamos en la jefatura de policía donde nos enteramos que los detenidos no eran sólo ellos dos, sino cuatro compañeros más, todos ellos integrantes del movimiento estudiantil y político-social de Valencia (ACC y SEPC, de EUPV, del PCPV y del 15M). Los seis estuvieron al menos una hora encerrados en tres coches de policía, esposados, al sol e incomunicados.
Durante toda la tarde y parte de la noche, cinco abogados y juristas, coordinados con la comisión jurídica del 15M, hemos permanecido en la jefatura esperando para poder atender a los compañeros detenidos. Mientras, la solidaridad y la indignación, encarnadas en una movilización compuesta en buena medida por estudiantes de secundaria, ocupaban las calles rodeadas por una brutal presencia policial que ha reprimido duramente a los manifestantes, muchos menores de edad, en más de una ocasión y deteniendo a dos personas.
Con el paso de las horas, y ante la incomunicación de los detenidos a los que ni siquiera los letrados tenían acceso, las muestras de solidaridad han llegado a la puerta de la jefatura. Trescientas personas se han concentrado exigiendo la liberación de los detenidos, el resultado de esta exigencia pacífica ha sido una nueva arremetida policial, empujones, agresiones y, de nuevo, dos detenidos más, Juan y Javi.
Mientras, los letrados han comenzado a atender a los detenidos. Dos de ellos, un menor y una compañera a la que han imputado menos cargos, han sido puestos en libertad. El resto, ocho si no nos fallan las cuentas, continúan esta noche en la jefatura de policía, al menos uno de ellos con contusiones considerables. Mañana viernes serán puestos a disposición judicial y liberados.
El clima que hemos vivido en la jefatura de policía y en los alrededores ha sido de una tensión inmensa, de dureza policial extrema con los manifestantes y de una sensación generalizada: “esto no debería estar pasando”.
Y no, no debería pasar, no deberíamos ver a policías arremetiendo contra niñas y niños que están en la calle protestando porque tienen frío en las aulas mientras el ex presidente de la Generalitat, culpable de un despilfarro histórico del dinero público y de muchas otras infamias de las que fue injustamente declarado no culpable, se doctora indebidamente, ni contra estudiantes universitarios que se unen a sus protestas sabiendo que su universidad se ha convertido en un mercado de precarios sin recursos y que su futuro está condenado a la precariedad y al desempleo, ni contra manifestantes que exigen la liberación de los que han sido injustamente detenidos, conscientemente de que mañana pueden ser ellos los que estén al otro lado del muro de la comisaría.
Y lo peor es que esto no se va a parar, nos están llevando al límite, en lo económico, en lo social, en lo político, y nos quedan pocas vías para decir basta. Pero cuando nos cierran las puertas hay que abrir las ventanas, y eso es lo que estamos haciendo, sin descartar ya desobediencia permanente como actitud necesaria para sobrevivir.
No puede acabar un día como hoy, de cargas, detenciones y tristeza sin un atisbo de esperanza, la que se encuentra en el ejercicio de compañerismo y solidaridad que ha tenido como resultado que las diez personas detenidas hayan sido hoy objeto de la máxima atención por distintas organizaciones sociales y políticas y por muchas personas de muy diversa procedencia que se han unido en la protesta y en su defensa. Los movimientos sociales valencianos, desde el 15M al CEPS pasando por ecologistas, Endavant, las asociaciones universitarias, ACC, SEPC, plataformas diversas, así como EUPV o el PCPV y tantos otros han estado hoy presentes a lo largo de todo el día, actuando de manera conjunta y resistiendo frente a las fuerzas de represión. Así, la imagen de hoy ha sido sin duda la cadena de compañeras y compañeros creada para resistir frente a la policía en la puerta de la jefatura. A quienes conformaban esa primera fila de pared frente a la carga, a los que todavía siguen en la puerta exigiendo la liberación de los compañeros detenidos y a Juan (sobretodo Juan que hoy duerme en un calabozo) van estas líneas, con las gracias por conseguir mantener la fuerzas para pelear por un cambio, que sólo puede ya basarse en la acción en la calle conjunta y solidaria.

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