"...Con demasiada frecuencia oimos a personas bienintencionadas afirmar que un determinado niño se comporta muy bien con ellas y que su conducta es puerilmente regresiva y difícil con su madre debido a que ésta le trata de un modo absurdo: generalmente el reproche que se le hace a la madre es que consiente demasiado a su hijo. Tales críticas están a menudo fuera de lugar y con frecuencia son manifestaciones más de la ignorancia que esas personas tienen sobre cómo son los niños, que de la incompetencia de los padres. Inevitablemente, la presencia de la madre o del padre produce sentimientos primitivos y turbulentos no despertados por otras personas. Esto es incluso cierto en el mundo de las aves. Los pinzones jóvenes, que son ya suficientemente capaces de alimentarse por sí solos, a veces comienzan a solicitar alimento de un modo infantil cuando ven a sus padres"
"...Yo creo que una de las grandes ilusiones de la civilización occidental es la de que el castigo es eficaz como medio de control: Para niños mayores y adultos tiene sus aplicaciones como método auxiliar de otros sistemas, pero en los primeros años de vida creo que está fuera de lugar tanto por ser innecesario como porque puede crear males mayores, en cuanto a ansiedad y odio, de los que pretende corregir.
Afortunadamente, con bebés y niños pequeños resulta fácil practicar una intervención apaciguadora; en caso de apuros podemos coger en brazos al niño y llevárnoslo. El precio que ello exige es nuestra presencia constante, precio que estoy convencido les conviene pagar a los padres. En cualquier caso, es errónea la noción de que a los niños pequeños se les puede inculcar disciplina, haciéndoles obedecer normas, de modo que se porten bien incluso en nuestra ausencia, los niños pequeños aprenden rápìdamente lo que nos gusta y nos desagrada pero carecen del aparato psíquico necesario para cumplir siempre nuestros deseos cuando estamos ausentes. A menos que se aterrorize a un niño hasta sumirle en la inercia, el empeño en inculcar disciplina a niños pequeños está condenado a fracaso y a quienes lo intenten, al agotamiento y frustración."
Bowlby J. "Vinculos afectivos. Formación, desarrollo y pérdida". Ediciones Morata. Madrid: 1986
"...Yo creo que una de las grandes ilusiones de la civilización occidental es la de que el castigo es eficaz como medio de control: Para niños mayores y adultos tiene sus aplicaciones como método auxiliar de otros sistemas, pero en los primeros años de vida creo que está fuera de lugar tanto por ser innecesario como porque puede crear males mayores, en cuanto a ansiedad y odio, de los que pretende corregir.
Afortunadamente, con bebés y niños pequeños resulta fácil practicar una intervención apaciguadora; en caso de apuros podemos coger en brazos al niño y llevárnoslo. El precio que ello exige es nuestra presencia constante, precio que estoy convencido les conviene pagar a los padres. En cualquier caso, es errónea la noción de que a los niños pequeños se les puede inculcar disciplina, haciéndoles obedecer normas, de modo que se porten bien incluso en nuestra ausencia, los niños pequeños aprenden rápìdamente lo que nos gusta y nos desagrada pero carecen del aparato psíquico necesario para cumplir siempre nuestros deseos cuando estamos ausentes. A menos que se aterrorize a un niño hasta sumirle en la inercia, el empeño en inculcar disciplina a niños pequeños está condenado a fracaso y a quienes lo intenten, al agotamiento y frustración."
Bowlby J. "Vinculos afectivos. Formación, desarrollo y pérdida". Ediciones Morata. Madrid: 1986