Víctor
Algarra Pardo, padre de alumnas de 4º de Primaria y 4º de ESO
Hola
Madres y Padres de Escuela 2
Vaya
por delante que no sólo entiendo, sino que comparto por completo las
motivaciones y las reivindicaciones que llevan a la movilización del próximo
día 18 de octubre.
Sin
embargo, me gustaría manifestar mi opinión. Respeto el esfuerzo que conlleva la
organización de estas actuaciones, pero creo que el formato clásico de
movilización ciudadana de huelga, seguida de una manifestación al finalizar la
jornada, es “anticuado” y lo que es más grave para los que lo apoyamos,
frustrante y poco o nada útil.
Cuando
una sociedad, teóricamente democrática como la nuestra, donde las disensiones y
las protestas de una parte de la ciudadanía (más allá de las que se puedan
desprender de los resultados de las urnas) no sólo no son atendidas, sino que
se ignoran o, lo que es peor, se demonizan, se han de buscar nuevos modelos de
protesta.
Las
huelgas y las manifestaciones que en los últimos años han surgido como
respuesta al profundo desaliento, cabreo y disensión con los gobiernos de turno
han servido para aunar posturas, debatir y formular propuestas democráticas
nacidas de la reflexión. No negaré, que al menos en las primeras, algunos
políticos han podido asustarse al ver peligrar su estatus y otros, los verdaderamente
dignos, les han servido para replantearse, si habían perdido su horizonte, los
objetivos de la política al servicio del pueblo.
Pero a
día de hoy los políticos en el poder en las distintas administraciones (de un
color u otro) se han inmunizado y demuestran que cada vez les afectan menos las
acciones de protesta “clásicas”. Incluso tienen la desfachatez de calificar de “antisistemas”,
“irresponsables”, “etarras” o gentes de “extrema izquierda” a aquellos que ya
no podemos aguantar más la presión social y económica que nos tiene en estado
de shock permanente.
Lo
imprescindible en estos momentos, si alguien es todavía ignorante de la
situación en que vivimos o se encuentra confuso por un debate interno entre sus
convicciones y las repercusiones palpables de una política desafortunada que en
algún momento apoyó, es que hagamos un esfuerzo por informar con actuaciones reflexivas,
imaginativas y efectivas (que no estamos para perder tiempo).
Del
mismo modo, nuestros hijos deben conocer las inquietudes de sus padres. No
asistiendo a clase es muy probable que no se enteren de nada. Será un día
festivo que pasarán en casa o con los abuelos, en el caso afortunado de
aquellos padres que vayan a trabajar.
Es
necesario ejercer nuestro descontento por medio de otros mecanismos. No llamo a
las armas, ni tampoco a tomar o cercar, para el caso de esta convocatoria, el
ministerio o la conselleria de Educación.
Las
actuaciones deben llevar parejo una repercusión y en nuestra sociedad la acción
que podría repercutir en una amortiguación de las nuevas normas socioeconómicas
que se nos imponen (algunas contraviniendo el espíritu de la sacrosanta
Constitución) es la Insumisión.
Insumisión
es el rechazo a participar en aquello que se nos exige y que creemos es
injusto. Por ello pueden existir tantos tipos de insumisión como injusticias
sociales y económicas se nos impongan desde el Estado.
También
en la educación, o más bien en el modelo de educación que se nos viene encima,
podemos ejercer la insumisión.
Que los
niños no vayan al cole un día les importa poco a nuestros políticos. Plantarles
cara negándonos a participar en las medidas que nos imponen es una cosa bien
distinta. La jornada del jueves podría servir de reflexión y sin más pérdida de
tiempo de reacción.
Totalmente de acuerdo en lo que planteaís, al tiempo que cabe reconocer como un paso, el gesto de todas las AMPAS de apoyar una huelga de estudiantes y se decida no llevar a los pequeños a los centros, pero son en los centros donde nos encontramos o podriamos encontranos, para elaborar refelexionar, decidir y actuar.. Espero que pronto tengamos una asamblea de la comunidad E2!
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